jueves, 1 de enero de 2015

UN DIA COMO HOY EN 2014

Recuerdo ese 1ro de enero del 2014, hace exactamente hoy un año. Estaba en Sivory visitando a mi primo Jochy Mella y planificando lo que haríamos en ese día en el cual no teníamos que trabajar, muchos dormían, otros reposaban la resaca de tanto alcohol por las fiestas del día anterior, eran tal vez las 9:00 o 10:00 de la mañana.

Un nuevo año iniciaba y una nueva etapa de cosas. Mi primo y yo planeábamos  ir a esa playa cercana que hoy amo tanto y que entonces para mí era un destino ocasional. Macao, una de las playas mas hermosas de la costa este de nuestro país.

Mientras conversábamos en la sala de la casa de mi primo, mis ojos no paraban de contemplar una tabla de surf que accidentalmente se encontraba allí y que pertenece a mi buena amiga Claudia Aquino; le dije, vamos a llevarnos la tabla a Macao... Así lo hicimos y una vez en la playa procedí a "inventar" con aquel artefacto, que si bien no era nuevo en mi vida, lo era la determinación de aprender a utilizarlo y montar las olas del mar.

Inicié con el conocimiento previo que tenía de mis años de colegio cuando nos escapábamos mis compañeros de clase y yo a Manresa, Playa Gubia y Playa Caribe a "Moribuguiar" (Body-boarding) y la verdad que fue una experiencia frustrante. Las olas me dieron una lección que más tarde aprendí al detalle: Jamás subestimes el poder del mar! por más que pienses que le conoces. Me metí al agua con la tabla y minutos después de haber luchado y remado intensamente no me quedó más remedio que salir a la orilla con dolor de cabeza y una sensación de derrota.

Me propuse entonces volver y volver hasta lograr mi objetivo... surfear las olas de Macao. Así es como inicié, poco a poco fui ganando confianza y conocimientos. La tabla de mi amiga no era la mejor opción para mi aprendizaje pero continué intentándolo, mientras mas caía y mientras más el mar me reiteraba a no meterme con él, mas crecía en mí la idea y el desafío a mi mismo y al mar.

Encontré personas en el camino que me orientaron, nuevos amigos y una hermandad si se le puede llamar así, de personas unidas por un mismo fin, el de surfear y enseñar a otros este maravilloso deporte. Empecé a visitar de manera frecuente la playa y la escuela de Surf, Macao Surf Camp, todos los fines de semana ahí estaba. Innumerables amaneceres han pasado por mis pupilas y atardeceres alucinantes me sorprendieron en el medio del mar en espera de la ola perfecta.

Pero nada aun sucedía porque por meses el mar estuvo en calma y no podía hacer mucho con mi escasa experiencia y con el equipo inadecuado. Mi amigo Armando Read, un día me prestó una tabla mucho más acorde a mi nivel de aprendizaje y fue entonces cuando las cosas empezaron a cambiar.

El surf se apoderó de mis fines de semana y de mi mente, me costó tiempo, energías, dinero pero un día luego de mucho ensayo y error, como un bebé que instintivamente se para del piso y comienza a caminar,  logré pararme sobre la tabla y continuar de manera estable en una ola hasta desvanecerse. Entonces ya había logrado el primer escalón de mi aprendizaje.

Continué visitando la playa por meses y ya en Octubre las olas empezaron a salir cada vez más grandes y habiendo practicado mucho anteriormente y con condiciones no muy favorables era ahora el momento de probarme a mi mismo con todos los elementos en favor, tabla ola y mas experiencia y así fui poco a poco logrando mi objetivo.

A mis 37 años aprendí a sufear en Macao, aunque no puedo decir que soy un experto, pues como dije antes, el mar tiene sus formas a veces hasta misteriosas que ni el más experto en realidad lo es, ante su poder y fuerza.

Surfear ha tocado mi vida y me ha cambiado en cierta forma. Creo que haber logrado este objetivo me ha hecho conquistar una nueva faceta  deportiva de mi vida y a la vez vencer ciertas barreras, me ha hecho mas fuerte física y emocionalmente, sobretodo hoy mas que que nunca tengo la certeza de que jamás es tarde para aprender algo  nuevo, aun los expertos continúan aprendiendo cada día.

Continúo aprendiendo, ahora es el momento de  evolucionar a una tabla y técnicas mas profesionales, como todo en la vida hay que empujar para mejorar y no quedarnos estáticos en un solo sitio esperando que las cosas sucedan solas. 

Como la ola que lees en el mar y le remas, aprovechando la oportunidad, así es la vida, como el surf, remas y luchas para entrar en el juego, luego debes aprender a encontrar esa ola, esa oportunidad y saber aprovecharla.

Esa última ola del día, esa que esperas para dejar la playa y regresar a casa, esa última ola que esperas paciente, tal vez no llegue como la imaginas en tu mente, tal vez debas salir del agua sin verla, pero cuando surfeas, no con el cuerpo, sino con la mente y con el corazón sabes que otra ola pronto vendrá.

Paul Barros
1ro de Enero del 2015