lunes, 10 de septiembre de 2012

ENTREGANDOME A DIOS

Hoy, luego de un largo tiempo de no hacerlo, decidí comulgar, para muchos un acto tonto y que carece de sentido, para aquellos que no creen que existe Dios y buscan una explicación en los campos de la ciencia a la divinidad y a lo espiritual.

Terminada la misa de hoy entré al santísimo de nuestra Iglesia en Punta Cana, mi adorada hija estaba conmigo y allí uniendo nuestras manos hicimos una breve oración. Mi hija obediente, oró conmigo repitiendo cada frase, algunas un poco difíciles para ella decirlas pero hizo lo mejor que pudo y oramos.

Luego le expliqué que en esa cajita dorada estaba el santísimo Dios . Mi pequeña e ingenua hija me preguntó: Porque si Dios es tan grande cabe en esa cajita? Solo pude decirle, Dios está en todas partes mi amor y no tiene tamaño, es una forma humana de verlo.

Creer en Dios desde mi forma de pensar no es creer en un ser supremo que esta en cielo o en aquella cajita dorada, Dios está en el corazón. Dios está en cada amanecer, en el deleite que nos provoca, en la sonrisa de un niño, en la melodía de una canción, el cantar de los pajaritos o el hermoso vaivén de las olas del mar.

Entregarse a Dios es una condición espiritual muy personal y no social, es entregarse a una vida espiritualmente sana y profunda y no necesariamente entregarse a un régimen de lectura y análisis de la biblia o del cumplimiento fiel y temeroso de pautas y practicas creadas por el hombre.

Dios no nos presiona para hacer las cosas al pie de la letra, nos da las pautas, nos ama y nos quiere como somos, solo basta con entregarnos en cuerpo y espíritu y comprender que esa grandeza que nos rodea es el y que nosotros somos parte de esa grandeza, de esa hermosa creación.

Hoy una vez más como cada domingo, como cada mañana, acepto a Dios, deseando continuar en el camino de mi espiritualidad interior, deseando que nada me turbe, pidiendo fortaleza y dando gracias, llenando mi alma de su espiritu santo, de esa grandeza. Nada me falta, estoy completo, estoy listo para cualquier batalla.

Gracias Dios por aceptarme en tus maravillas.

Amen.

Domingo 9 de Septiembre 2012.