miércoles, 14 de enero de 2009

Encuentro con peregrinos


(Viene de Un paseo por el Ocaso)

Nuevamente me encontré solo en la playa ahora oscura y junto a mis pensamientos, mis vivencias y una mas que acababa de acontecer, un paseo hermoso por el ocaso junto a mi amigo desconocido, el pescador.

La temperatura descendió, aun mis ropas estaban humedas y sentía frío cuando la brisa soplaba implacable sobre la costa. Tuve una sensación de desnudez e inseguridad pero continué caminando. Bajo la luna llena la playa se vistió de gala creandose una atmósfera de incomparable belleza cuando todo el entorno se volvió gris y purpura. Era el tipo de noches que añoran los gitanos, beduinos de los desiertos y bohemios caminantes.

A mi paso una lechuza de blancas alas pasó volando en la misma dirección que yo,, y la observé alejarse hasta ver como se perdió en la lejanía, allá mismo donde se encontraba la hoguera y su cortina de humo que contrastaba con el firmamento dibujando un retorcido tronco que crecía hacia el cielo. Pense que allí debe haber personas, comida y quien sabe hasta pueda cocinar mi pescado.

Mientras camino y me acerco lentamente, escucho el sonido inconfundible de cuerdas, una armónica y percusiones , voces y palmadas al unisono, y de la misma forma que el sonido llegó a mis oidos fue llegando un agradable olor a asados y aromas que no conocía.



Me detuve a pensar quienes serían los que están ahi, yo soy un extraño y no se como tomarían el verme llegar de imprevisto en la noche, pero igual continué hasta acercarme a unos matorrales de uva de playa, desde donde podia divisar claramente lo que acontecía sin ser visto. Estuve oculto un buen rato y esto fue lo que ví:

Era una improvisada carpa construida de varias lonas sobre un llano arenoso bordeado por matorrales de uva de playa, habian 9 personas dos hombres, dos mujeres, 3 niños y dos niñas de diferentes edades los niños eran dos como de unos 11 o 12 años otro mas pequeño que podría tener 7, las niñas una podía tener 9 y la otra mas pequeña no llegaba a los 5 años. Indudablemente se trataba de dos familias, padres, madres e hijos. En la hoguera tenían una olla y algo al parecer hervía en otro lugar habían colocado sobre piedras y brasas una parrilla donde asaban carnes y otros alimentos. Al parecer eran viajeros que acampaban, todo lo que veían mis ojos no tenía caracter de ser permanente todo parecía ser improvisado excepto por sus canticos y el ritmo que llevaban al cantar en una lengua que no podía comprender.

Decidí salir de mi escondite y presentarme a esas personas y pense que mejor hacerlo de forma espontánea y casi accidental, así que caminé por la playa hasta cruzar justamente en frente de estas personas y ahi me detuve. Todos me miraron y continuaban cantando, el niño mas pequeño tal vez de 7 años miro hacia los mayores como buscando aprobación de estos y luego me miró y caminó hacia mí, entretanto los mayores continuaban cantando y observando al niño acercarse a mi.


El pequeño se acerco y me dijo algo en una lengua que no pude comprender pero inmediatamente sentía que estaba siendo bienvenido. Mire hacia la carpa y observe al Señor que tocaba una vieja guitarra hacer un gesto con su mano derecha dejando de rasguear la guitarra invitandome a pasar... comprendí que realmente me estaban invitando a pasar a la carpa.

Despues de un breve instante entre palmas, acordes y voces, como el cese de la lluvia sobre el monte la música y voces cesaron y el sonido de la noche marina se dejó sentir hasta que la voz del Señor de la guitarra interrumpió: Somos peregrinos, venimos y vamos y dondequiera acampamos, buscamos paz, pureza, unión equilibrio, dejamos huellas en la arena y en los corazones de aquellos que encontramos en nuestros senderos. ¿ Que me ha dicho el niño? pregunté al Señor. Provablemente bienvenido en nuestra lengua. Les enseñamos a ser abiertos al mundo y el mundo se abre a nosotros, no tenemos dinero, no tenemos cosas solo mantas y algunos utensilios básicos para nuestra supervivencia. Porque me decía estas cosas, si yo también venía sin nada solo mi pescado y mis ropas viejas, raidas por el viento el sol y el mar.


¿Desea cenar con nosotros? Sí, contesté tambien tengo mucha sed. Traigo un pescado fresco. Lo pasé a una de las mujeres quienes me miraron con compasión y alegría a la vez. Las dos mujeres se levantaron y comenzaron a servir alimentos en una gran bandeja, las niñas se les unieron a esa labor mientras yo observaba todo. El otro hombre se paró del suelo y apoyandose en un palo de pastoreo tomo un viejo balde vacío y se incorporó. Los niños jugaban en la arena arrojando piedrecillas a la orilla del mar.

Venga con nosotros...acompañé a estos dos hombres en una breve caminata, nos internamos en un sendero corto que nos llevó a un viejo pozo de piedra junto a unas ruinas, alli nos asomamos a ver el fondo del pozo. Mientras mirabamos el fondo, su reflejo purpura del firmamento excalmé: Ahora comprendo porque acampan aqui. No sólo eso, este agua es dulce, es fresca y da vida dijo uno de los hombres.

Cuales son sus nombres? pregunté luego de observarles sus surcados rostros. Es cierto, aun no nos presentamos dijo el que parecía mayor de los dos, quien tocaba la guitarra. Mi nombre es OR, que quiere decir Luz en Hebreo. Yo soy MEVASER, que quiere decir mensajero. Entiendo... Como es que este agua puede ser dulce si esta tan cerca del mar?

El Señor Or respondió luego de sonreir, existe la luz y la oscuridad, en el fondo del pozo hay luz, y ahora es de noche, el agua es dulce y el mar nos queda al lado, puede crecer una planta en el desierto, la grandeza trasciende, todo es posible. Tanto vasto mar en frente y fue necesario construir un pozo aqui. Tanto que aun es útil. Pero el agua del mar da vida también respondí, yo he traído un pescado que obtuve del mar. Si, tienes razón pero yo hablo de otro tipo de vida. Fijate en las ruinas, están acabadas, solo piedras ya no queda nada pero el pozo sigue aqui. ¿Porque solo quedaría el pozo entre las ruinas?. Mevaser interrumpió; todo pasa amigo pero el agua de vida perdura por siempre. Este agua no se acaba, siempre hay agua en el fondo del pozo, siempre hay vida para todos. Lo mas verdadero, el espiritu, la vida misma esta dentro de nosotros mismos en lo profundo de las cosas está la escencia.. Por años este pozo estuvo solitario, olvidado junto a las ruinas y viendo pasar noches y días, un día alguien vuelve y el pozo esta ahí listo con su agua fresca en el fondo. Ese alguien luego regresa con varias personas más y poco a poco el pozo empieza a dar vida nuevamente a mucha gente.

Siempre estuvo y siempre estará ahi. En ese momento me sentía un poco confundido, pero empezaba a comprender que se trataba de vida espiritual. Las señoras. llamaron a voces, Mevaser llenó el balde con agua del pozo y nos fuimos a cenar.

Nos sentamos sobre las mantas frente a una bandeja de madera llena de alimentos ahi comimos hasta saciarnos, los niños en otro extremo también comían y hablaban entre ellos. Más tarde una de las señoras me paso mi pescado envuelto en papeles y hojas. Me dijo: He cocinado su pesca para que pueda comer luego. Gracias señora, ha sido muy grato cenar con ustedes, y todo estaba exquisito. En eso OR se unió a la conversación y me dijo. Nosotros continuaremos mañana nuestro camino si usted desea puede unirse a nuestra peregrinación, vamos a un viejo templo cruzando el mar en tierras lejanas, ¿usted a donde se dirige? No sabía que decirles, en realidad no sabía donde ir, ya no tenía caso, pero dije voy al monte a las montañas voy buscar algo que perdí. Será un largo viaje a las montañas me dijo. Quedese a dormir, descanse y mañana nos despedimos o bien puede acompañarnos, Aprobé su propuesta con una sonrisa y me tumbé en un lado de la carpa. Ellos acostaron a los niños y luego de decir algunas frases que parecian oraciones, se acostaron a dormir.

Una hora despues, mientras ellos dormían, aun estaba yo despierto pensando hacia donde partiría al día siguiente... También pensaba en las palabras de estos hombres, su humilde hospitalidad y los destinos del viaje que harían al día siguiente. Me sentí muy conforme por su generosidad y la confianza que tuvieron en dejarme pasar la noche y compartir junto a ellos.