martes, 21 de octubre de 2008

Leccion de Caracoles


Ahora que empiezo un nuevo sendero, los rayos del sol se funden entre las ramas de los árboles... como pequeños destellos de esperanza que alumbran mi paso sombrío, una larga caminata me espera….

Mientras camino, en cada paso hay un pensamiento nuevo, cada hoja del camino, cada ave silvestre me cuenta una historia que solo yo puedo comprender, los senderos me conducen a lugares que una vez visité, ahora los veo de otra manera, en cada minuto de mi viaje mi cuerpo transpira aun mas y mi mochila ya no pesa, mis pies son mi mejor aliado, me sostienen en este mundo perdido que he de atravesar para llegar a la cima que me espera.

Me enfrento a cascadas y arroyos, subo escarpadas colinas con mi improvisado bastón, la lluvia llega como aliento de vida y la tierra huele a humedad, pequeños arroyuelos se forman a mi paso y de repente cesa. Vuelven los destellos entre las ramas del follaje y una brisa fuerte desprende una llovizna y rocío leve de las ramas. Mis ropas se han mojado y se han secado varias veces durante el camino.

En una enorme piedra me siento y descanso, con admiración de niño mis ojos se fijan en todo mi alrededor verde y copado de ramas y enormes hojas húmedas y la mirada se me detiene en la claridad que proviene del final del camino cuesta arriba, siento que se acerca mi destino final, respiro profundo, estoy cansado y pienso valdrá la pena llegar hasta allí si solo son pocos metros cuesta arriba, ya he llegado hasta aquí es casi lo mismo.

En ese momento bajo mi cabeza y fijo la mirada en la tierra y hojas secas que cubren el camino y veo a un pequeño caracol que se pasa a mis pies arrastrándose en sentido contrario al que llevo yo, y pienso, si pudiera hablarle… como si hubiera escuchado mi pensamiento, el caracol se detiene y mueve sus pequeñas antenitas, y en mi pensamiento me dice: Puedes hablarme, pero no me escuchas, porque además miras sin ver… ves la luz cuesta arriba? De ahí vengo yo, he realizado la travesía que haces hoy muchas veces, a mi me toma días y noches interminables, a ti solo un día, debo soportar los diluvios que son tus lluvias y el peligro de ser pisado y dejar de existir instantáneamente sin darme ni cuenta de nada y no poder realizar mis tareas diarias ni ver completados mis anhelos.

Cuando llueve, el agua de mis inmensos ríos tus pequeños arroyuelos a veces me arrastra cuesta abajo, me resguardo en mi caparazón y me entrego al agua que fluye hasta que me lleva cuesta abajo y es mucho más rápido mi descenso, pero cuando llueve y voy cuesta arriba es casi imposible pierdo mis fuerzas y termino aferrándome a cualquier roca o tallo cercano a esperar que pase el diluvio.

Esa piedra donde estas sentado ha sido uno de mis paradores favoritos, ahí paraba como tú a descansar, muchas veces pensaba continuar adelante pero como tu estaba muy cansado y me tomaba una siesta debajo de la roca, entre la tierra y las hojas. Un día luego de varios días de subir, me tome una siesta aquí en esta roca y luego llovió fuertemente. Cuando desperté estaba en el principio de este sendero…En ese momento en mi mente le pregunté al caracol: -¿Y qué hiciste al verte allá en el principio otra vez?- Me di cuenta que el camino estaba más limpio para subirlo una vez más, el agua había lavado el camino. Inicié la travesía nuevamente y subí esta vez sin detenerme hasta la cima allá donde vez la luz.

Sin pensarlo más entendí el mensaje y me incorporé para terminar mi viaje. Le di un adiós a mi efímero compañero y reinicié mi caminata con seguridad al final. Durante los pocos metros que camine hacia la esperada cima un nuevo pensamiento surge en mi cabeza, me digo a mi mismo, cuan feliz me pareció aquel caracol y cuanto debe soportar, tan insignificante y frágil y me ha dado una lección.

Se abre a mis ojos el follaje despejándose cada vez más y dejando pasar la luz que el aire hace más cálido y agradable el momento me sorprende y ha llegado, mi camino llega a su final y me encuentro en una verde y reluciente colina sobre la cima de una montaña. Allí habían muchos caracoles más, de diferentes tamaños, ellos lucían felices y parecían estar en una fiesta o asamblea de caracoles. Mentalmente les pregunté: ¿Que hacen todos ustedes aquí? estamos celebrando el éxito uno de ellos parecía explicarme… Uno de nuestros amigos ha llegado a la cima hoy otra vez y se ha embarcado en una nueva travesía desde aquí en adelante. Les pregunto: ¿Acaso es el caracol que acabo de ver a mi paso cuesta abajo? Aprende a ver más allá, aprende a escuchar, he dicho desde aquí hacia adelante, no cuesta abajo hacia atrás- me contestó otro de ellos que parecía más viejo pues su caracol era más grande que los demás -Eres tú mismo, eres tu quien ha llegado al éxito hoy, porque en el camino pudiste e interpretar tus incidencias y el mensaje que otros sin saberlo te estaban aportando y porque supiste ver que no estás solo en este sendero siempre habrán quienes estén más abajo que tu y que también hacen su camino muchas veces más felices que tu mismo. No te desanimes ya has llegado, pero no has terminado, ahora debes continuar desde aquí.

Mira el valle, tienes que vencer tus miedos, Ves esos hombres al otro lado de esta colina? Les veo, contesté. Ve con ellos, ahora tienes que aprender a volar…

Continua en leccion de las gaviotas.
Paul Barros

lunes, 13 de octubre de 2008

Reclamación a la distancia.


Vivir en la distancia ha sido un reto,
aislado en una injusta circunstancia terrenal
con rumbo a un horizonte que parece incierto
se esfuma la ilusión y es un compromiso amar.

Recorro los pueblos pensando en mi destino
fundiéndome otra vez en el mismo camino
la noche me atrapa en las carreteras
viajando al lugar donde ya no me esperas.

Ahora no se donde ha ido la vida
Que en tierras lejanas intente encontrar
Cuando otras mareas se han llevado perdida
La esperanza vana de rehacer mi hogar.

Distancia que de ti he aprendido tanto
En las noches a solas compartías mi llanto
Al amor la batalla le has ganado
Cuando creí tu final había llegado.

Y si es que algún día la libertad me das
Ya no habrá caminos que te puedan evadir
La distancia verdadera vive más
Allí donde el amor deja de existir.

Distancia que he hecho para merecer el desprecio
Si solo por mis ilusiones he sido tu aliado
Distancia cuan alto ha sido tu precio
Que sin yo darme cuenta ingenuamente he pagado.

Mis pasos ahora me alejaran más de ti,
Pues solo existes si tengo un verdadero amor,
Como ya por tu culpa si lo tuve lo perdí,
En mi vida ya no estas solo esta mi dolor.


Paul Barros.
2 de Agosto del 2008.
10:38 pm