domingo, 11 de abril de 2010

Una mala decision es mejor que ninguna

Domingo; luego de una semana de arduo trabajo en el proyecto que desde hace dos años y medio me mantiene ocupado, aislado, pero que a la vez paga mis cuentas, todo el resto de la vida por delante y tan solo estos 32 meses sumido en este interminable afan pareciera ser imprescindible como si no hubiera mas vida después. Pasé una tarde silenciosa de descanso y escuchar la lluvia, ya en la noche me senté a trabajar en mi proyecto personal. Un hijo que ha nacido, mi mas grande esfuerzo de trabajo hasta ahora, mi empresa recien creada. Orgulloso de mis avances empecé a crear el sitio de internet acompañado de las melodias de dos temas que me gustan mucho, Cavalleria Rusticana y Twilight and Mist, ambos temas muy bellos e inspiradores, no bien inició la melodía y comence a sentir el efecto tranquilizante al escuchar los violines de Cavalleria Rusticana y mi mente empezó a recordar en retrospectiva todas las veces que he tenido que permanecer inmovil, impotente, sin habla, aceptando las voluntades erráticas, la arrogancia desquiciada y el irrespeto constante y sistemático de parte de la persona que nos dirige. Sonreia y pensaba, que habre hecho yo para merecer este trato, si siempre he demostrado ser un excelente profesional dondequiera que he sido puesto a prueba, pero este no es el caso, en los ultimos 32 meses he sido objeto de todo tipo de desconsideraciones e irrespetos, sin un aliento de motivación, sin un espaldarazo jamás para darte ánimos o reconocerte un buen trabajo realizado, por el contrario aqui soy como también los demás, un inepto, un tonto, un despistado y olvidadizo, una creación perfecta de esa persona. Tal vez para no permitir que tengamos mayores meritos y parte de la gloria si es que existe alguna en ese lugar. Por suerte no soy el único y el saber que no es algo focalizado solo a mi, me tranquiliza. Los demás, mis cansados y desesperados compañeros de trabajo tambien padecen de este difícil día a día que parece nunca cambiar y es el tema recurrente en nuestras reuniones y en cada sobremesa. Seguía escribiendo y sintiendo como la música hace cambiar el ánimo y como nos hace olvidar y sentir esperanzas, dandonos fuerzas a seguir adelante y a veces nos hace hasta llorar de alegría. A veces nos cambia tanto que volvemos a sentir el mismo entusiasmo a seguir adelante, pero yo sentía un entusiasmo diferente esta noche, sentía todo lo descrito pero por mi proyecto personal, sentía que ya ha llegado la hora de saltar del avión y arriesgarme sin miedo al exito o al fracaso. Sentía que ya no puedo seguir más el mismo camino de hace dos años y medio atrás el cual se donde termina desde ya, en su lugar debo hacer un cambio de rumbo y mirar hacia el horizonte de mis metas y mis proyectos, y si fracaso? seguiré y fracasaré hasta conseguirlo pero seré libre! y ya no podrá nadie dictarme que hacer ni manejarme a su antojo como un elemeto robotizado y que funciona al pie de la letra e instrucciones, que no puede tomar decisiones ni asumir nada en base a su experiencia, es un cuerpo frio y de fiel cumplimiento que nada hace si no le ordenan, dije ya no más. Decidí no ser mas un empleado y enfrentar el nuevo reto delante de mi, decidi ser libre los fines de semana para estar junto a mi hija mas tiempo, decidí hacer lo que me da la gana y no lo que otro quiera que haga en mi tiempo libre, decidi trabajar las horas que quiera, decidi ganar más o menos y no siempre lo mismo, decidí por fin romper las cadenas internas, soltar mi lengua y no quedarme callado jamás, y entonces recordé la frase que mi padre siempre repite, "una mala decisión es mejor que ninguna"... No temo, peor es quedarse sin hacer nada y seguir perdiendo el tiempo. Dios me lleva de la mano en esta nueva etapa de mi vida y si he tomado una mala decisión estoy seguro que al menos me atreví y que la incertidumbre de no saber que pudo pasar por no intentarlo sería mucho peor... Gracias Dios, por esta noche tan importante. Paul Barros. 12 de Abril del 2010 12:40 am