jueves, 6 de febrero de 2014

ERRANTE NAUFRAGO


Ahí vas errante, caminando entre maleza y azarosos caminos. Soñando y viviendo de ilusiones y experiencias efímeras. Errante ya ni conoces cual es tu verdadero camino.  Parece que sigues intentando, inventando estilos y causas que luego se esfuman de tu mente como humo.

A la mar te fuiste sin un destino y propósito claro, como barco de vela sin timón, sin dirección a donde el viento lo lleve, ahí vas, rodeado de la mar en calma, esperas paciente que cambie el viento a tu favor. Errante, no remas. Es solo tuyo el reto de emprender, preparar las velas, navegar y dirigirte a donde quieras, aun sea con el viento en contra y avanzando lento, pero para tí es mas fácil esperar el viento favorable.

Pasa el tiempo e intentas sin éxito una y otra cosa, dejando cada vez puertas abiertas, caminos y rutas inconclusas, fuerzas, energías y tiempo agotado en vano, esfuerzos que desmayaron en nada, inconsistencia, indecisión y pensamientos poco inteligentes dominan tu travesía.

Errante, escucha el buen consejo de la conciencia, y deja detrás las ilusiones vanas y materialistas del mundo, es de humanos fallar, pero es más humano aprender de ello. Levántate y esfuérzate por aquello que es verdadero abre bien los ojos y pon rumbo a un horizonte claro. Así llegarás realmente a tierras de gloria y éxito.

Prepara tu equipaje con cuidado y prevé todo lo necesario, vive el día de hoy y no pienses que el futuro esta aquí y que todo lo mereces ahora mismo. Es y será siempre tuya la decisión de seguir siendo un náufrago rezagado o de hacer el mayor esfuerzo ahora y comenzar a pensar ciertamente en una verdadera existencia coherente, realista, sabia y finalmente exitosa. Nunca te rindas y procura ver mas allá del obstáculo.

Paul Barros.

Dedicado a un perfecto extraño que escuché hablar durante casi
25 minutos en la sala de espera de  unas oficinas públicas en Santo Domingo. Mientras el conversaba  con otro perfecto extraño, en silencio yo recordaba algunas citas de Dale Carnegie,  Luis García Dubus, Thomas A. Edison, Paulo Cohelo y Robert Kiyosaki.

No soy quien para aconsejarle. Es  mucho más lo que sus palabras me ayudaron a mí.